En Villavicencio hay 104,24 microgramos de partículas sólidas en el aire por cada metro cúbico, lo que la deja lejos del límite máximo para catalogarlo como un aire contaminado, que es cuando llega a los 284,19 microgramos, dice el estudio. Según la ingeniera Xiomara Silva, funcionaria de Cormacarena y quien actuó como interventora del estudio, manifestó que hay sitios dentro del municipio que presentan un grado de contaminación considerable, debido a causas meteorológicas como la dirección y la velocidad del viento. Éste lava algunas veces la ciudad en dirección Restrepo-Acacías, arrastrando partículas y polvo que afectan a las urbanizaciones que quedan a su paso. Para la ingeniera Silva el cambio en las actividades económicas de la gente, así como el crecimiento de la ciudad han contribuido también en el cambio de la calidad del aire. Insistió en que el deterioro atmosférico no ha llegado a límites altos y que las personas que viven en Villavicencio no tienen porque preocuparse. "Estamos en niveles medios de concentración de particulas pero es bueno hacer controles y prepararnos para los cambios que se darán con el desarrollo", dijo Silva.
El concejo de Villavicencio realizó un debate sobre las denuncias de la comunidad vecina a la base militar de Apiay, que aparentemente está generando contaminación porque no tienen un tratamiento para las aguas residuales.
Como al debate no asistió la corporación ambiental Cormacarena, la iniciativa quedó sin uno de sus principales actores, pero los concejales decidieron hacerle seguimiento y nombraron una comisión integrada por los cabildantes Hugo Layton del Partido Verde; Nelson Aranguren de Cambio Radical y Antonio Pérez del Partido Liberal, quienes tienen la intención de reunirse en Apiay con autoridades militares y la comunidad a ver qué soluciones se proponen.
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